Austria: una gran eliminatoria y dos viejos amistosos con Menotti y Bilardo en el banco

El segundo rival
  • El sorteo del Mundial 2026 puso a la Selección en las sedes de Dallas, Kansas City y San Francisco.
  • En caso de ser 1ra se cruzará en 16vos contra la 2da del grupo H, donde están España y Uruguay.
  • Contra los austríacos jugó dos amistosos, una goleada en 1980 y un empate en 1990.

REUTERS / Elisabeth Mandl

Este viernes 5 de diciembre se llevó a cabo el sorteo del Mundial 2026 en Washington DC, la capital de los Estados Unidos. La Selección Argentina integrará el grupo J y compartirá ubicación con la selección de Austria, Argelia (en el debut) y Jordania.

Fue un sorteo favorable para la Selección porque evitará cruzarse con equipos con mayor historia o caudal de figuras, como Marruecos, que fue cuarta en Qatar 2022, la Noruega de Haaland o incluso Italia, que espera por un repechaje para sumarse al certamen.

Sin embargo, la dificultad que presume este sorteo del Mundial se encuentra en el primer partido de la fase eliminatoria, cuando Argentina tenga que enfrentarse contra un rival en los 16vos de final: si pasa como líder se cruzará contra el segundo del grupo I, donde se supone que pelearán España y Uruguay, por delante de Arabia Saudita y Cabo Verde.

Pero toca hablar de Austria, que vuelve a una Copa del Mundo después de casi tres décadas. El empate 1-1 ante Bosnia y Herzegovina en noviembre selló su clasificación y la devolvió a un escenario del que había quedado afuera desde Francia 1998. El equipo que dirige Ralf Rangnick llega con una mezcla de experiencia, solidez y un núcleo de futbolistas que conocen el ritmo de las grandes ligas europeas: David Alaba, Marcel Sabitzer y Marko Arnautović son las caras más reconocidas de un plantel que, sin estridencias, se consolidó en las Eliminatorias y llega al Mundial 2026 en un momento de madurez colectiva.

Históricamente, Austria ha sido un seleccionado de perfil táctico, compacto y disciplinado, siempre difícil de vulnerar cuando encuentra orden defensivo. Con Alaba como líder natural —aun con su presente condicionado por lesiones— y con Sabitzer como pieza clave en el mediocampo, la selección centroeuropea encuentra equilibrio.

Y arriba, Arnautović aporta experiencia, presencia física y una cuota de imprevisibilidad que suele potenciarse en partidos de tensión. Es un equipo que no deslumbra, pero que compite: su mayor virtud es que sabe cómo mantenerse en partido incluso en contextos adversos.

Su recorrido mundialista, aunque intermitente, tiene capítulos de peso. Austria jugó siete Mundiales: 1934, 1938, 1954, 1958, 1978, 1982, 1990 y 1998. Su mejor actuación fue en Suiza 1954, donde finalizó en el tercer puesto, en la que sigue siendo la campaña más resonante de su historia. También había alcanzado las semifinales en 1934, durante la etapa del célebre Wunderteam. Después de 1998, inició un ciclo de ausencias que recién se corta ahora, en 2026, tras un proceso de reconstrucción sostenido.

El historial de Austria contra Argentina es breve, con apenas dos amistosos. En el primero de ellos, disputado el 21 de mayo de 1980, terminó con goleada 5-1 a favor de la Selección que dirigía César Luis Menotti, con tres goles de Diego Maradona. En el último cara a cara, bajo el mando de Carlos Bilardo, el equipo nacional empató 1-1, el 3 de mayo de 1990, en la previa del Mundial de Italia.

Para Argentina, Austria es un rival de riesgo: no tiene el peso específico de una potencia, pero sí oficio, estructura táctica y jugadores con roce internacional. En un grupo largo como el del nuevo formato, es el tipo de selección que castiga cualquier desconcentración: sólida en el retroceso, con buena técnica en el mediocampo y con un par de individualidades capaces de torcer un partido. Si la Selección impone ritmo y circulación, tendrá el control; si entra en el juego físico y trabado, Austria puede hacerlo incómodo.