El programa que sigue de cerca el Gobierno: por qué se convirtió en un caso de estudio
El “modelo a la peruana”- En Buenos Aires, el presidente del Banco Central peruano habló de la credibilidad y del músculo que le dan los US$ 90.800 millones en sus arcas.
- El camino hacia una economía bimonetaria.
Julio Velarde, presidente del Banco Central de Perú
En poco más de 30 años, Perú pasó de una economía hiperinflacionaria donde convivían múltiples tipos de cambio, a un esquema bimonetario, donde la inflación ronda el 2% anual. La estabilización "a la peruana" es un caso de estudio entre los funcionarios del Gobierno y los economistas de la City.
Ayer, el presidente del Banco Central de Perú, Julio Velarde, expuso en la Conferencia Magistral organizada por IERAL y Fundación Mediterránea. Habló sobre las principales características del proceso de estabilización peruano y los factores que permitieron reducir la inflación desde niveles de hiperinflación a un régimen estable basado en flotación cambiaria, metas de inflación y acumulación de reservas.
Velarde recordó que el punto de partida del programa fue una situación crítica. “Comenzamos con una hiperinflación. La inflación llegó a casi 12.000% anual”, dijo. Según explicó, uno de los elementos centrales fue eliminar de manera definitiva el financiamiento monetario al Tesoro. “A nadie se le ocurre pedirle dinero al Banco Central para financiar al gobierno. Eso quedó enterrado”, afirmó. Añadió que este principio se mantuvo incluso en períodos de crisis política o económica: “Hay consenso. No pasa por la cabeza de nadie”.
El funcionario señaló que la dolarización peruana surgió como consecuencia del deterioro de la moneda local durante la hiperinflación. “La gente recibía su sueldo en moneda local y ese mismo día lo cambiaba a dólares”, indicó. Según explicó, ese comportamiento se consolidó espontáneamente: “La dolarización surgió naturalmente, no fue impuesta”. Destacó también que la Constitución peruana garantiza que cualquier persona pueda ahorrar en la moneda que elija. “El ciudadano es libre de ahorrar en cualquier moneda. El dinero es del ciudadano, no del gobierno”, afirmó.
En relación con la política cambiaria, Velarde sostuvo que Perú opera con un esquema de flotación administrada. “El tipo de cambio era flotante… pero un poco mentiroso”, señaló. Explicó que el objetivo no es fijar un precio, sino moderar movimientos bruscos: “No tengo compromiso con ningún nivel de tipo de cambio, solo busco evitar la volatilidad”. Indicó que el Banco Central compra dólares cuando la moneda se aprecia en exceso y vende cuando se deprecia rápidamente, además de utilizar derivados cambiarios cuando es necesario.
Velarde remarcó la importancia de la acumulación de reservas internacionales. “Intervenimos porque nuestras intervenciones son creíbles. Y son creíbles porque tenemos reservas”, dijo y explicó que actualmente las arcas del Banco Central de Perú rondan los US$90.800 millones.
Según detalló, parte del incremento del stock respondió a la necesidad de evitar apreciaciones abruptas del sol durante períodos de fuerte ingreso de capitales: “Muchas de nuestras compras fueron para evitar que la moneda se apreciara demasiado”. Consultado sobre los riesgos de iniciar un programa de estabilización sin reservas suficientes, fue categórico: la falta de “munición” expone a la economía a episodios de inestabilidad difíciles de manejar.
Sobre el régimen de metas de inflación, explicó que el objetivo de 2% anual está alineado con el parámetro internacional. “Competimos con el dólar. Si Estados Unidos busca 2%, nosotros también”, señaló. Indicó además que fijar metas más altas en países de la región no resulta conveniente: “Apuntar a metas de 4 o 5% no tiene sentido”.
Velarde describió también la reacción del BCRP durante crisis recientes, incluida la pandemia. “En las crisis necesitamos tres cosas: sobrerreaccionar, tener todos los instrumentos disponibles y actuar rápido”, afirmó. Detalló que durante el COVID se activaron líneas de liquidez en soles, dólares y bonos, y se anunciaron compras de títulos en el mercado secundario.
Finalmente, señaló que la credibilidad es un componente esencial del régimen monetario. “Si no se cree que el Banco Central hará todo lo posible para bajar la inflación, la señal de política pierde efecto”, dijo.