El adiós al joven que murió tras meterse a la jaula de una leona

Brasil
  • El trágico incidente conmociona Brasil, tras conocerse quién era el muchacho y las 200 páginas de su expediente en refugios infantiles.
  • Evadió toda la seguridad del Parque Zoobotânico Arruda Câmara en João Pessoa y entró al recinto del felino.

Un día después de la tragedia que aún genera conmoción, Gerson de Melo Machado fue enterrado el lunes 1° de diciembre en el Cemitério Cristo Redentor. El joven de 19 años murió tras ser atacado por una leona, luego de entrar deliberadamente a la jaula del felino en un zoológico de João Pessoa, capital del estado de Paraíba en Brasil.

Según informa el periódico local O Globo, solo asistieron al funeral dos personas. La madre del muchacho, Maria da Penha Machado, de quien estaba distanciado, y un primo del muchacho.

El último adiós al joven brasileño que apodaban Vaqueirinho, fue breve, y estuvo marcado por el dolor y la impotencia, en medio de las repercusiones mediáticas tras conocerse su historia de vida.

El domingo 30 de noviembre Gersone ingresó al Parque Zoológico-Botánico Arruda Câmara (Bica), escaló un muro de más de seis metros de altura, burló las vallas de seguridad, y bajó por un árbol hasta ingresar al recinto de la leona.

El animal lo atacó de inmediato y las heridas fueron letales. El informe forense indica mordeduras en el cuello y shock hemorrágico como causa de la muerte.

Verônica Oliveira, consejera de bienestar infantil que conoce las 200 páginas del expediente del muchacho, reveló la desgarradora historia de Machado y calificó lo sucedido como "una muerte anunciada".

El joven padecía una enfermedad mental que había sido diagnosticada en su adolescencia. Tan solo dos días antes del trágico incidente había acudido a la oficina de Servicios de Protección Infantil, para solicitar la documentación necesaria para un permiso de trabajo.

Diagnosticado con esquizofrenia y declarado "legalmente incapaz", había estado vagando por las calles los últimos años, con entradas intermitentes a refugios.

Su madre había perdido la patria potestad cuando él tenía tan solo 10 años, debido a que padecía la misma enfermedad, al igual que la abuela materna, de Gerson, también diagnosticada con esquizofrenia.

Desde su certificado de nacimiento carecía del apellido paterno, y perdió el apellido materno cuando su madre acudió a la justicia para darlo adopción, al igual que a sus otros cuatro hijos, hermanos de Gerson.

Los cuatro niños fueron adoptados, pero él no. Según la consejera infantil Oliveira, los adoptantes rechazaban a los niños con trastornos mentales, y por eso nunca se consiguió una familia para Gerson, que empezó a huir de los albergues.

A los 12 años fue a buscar a su madre, ilusionado con que ya estaría mejor para cuidarlo. Ella lo llevó de nuevo al Servicio de Protección Infantil de João Pessoa, donde volvió a decir que no podía ser madre y que su trastorno mental la incapacitaba para darle cariño a su hijo.

"Fue una relación de dos personas frágiles que intentaron aferrarse el uno al otro, pero siempre fueron vencidas por las circunstancias", definió Oliveira en diálogo con O Globo.

Los Servicios de Protección Infantil enviaron a Gerson a otro refugio, pero escapó una vez más, y lo encontraron solo al borde de una carretera. Tras ser llevado a una clínica pública, determinaron que sus comportamientos se debían a un "trastorno psicótico", que comprometía sus vínculos afectivos y presentaba "episodios de desorganización".

Un profesional del complejo psiquiátrico lo diagnosticó de manera errónea y tildó de "problema de conducta" su condición. Mucho después, recién a los 18 años, descubrieron que padecía esquizofrenia, un trastorno mental grave que altera la percepción de la realidad, provoca delirios, alucinaciones y desorganización mental, afectando la capacidad de juicio y la vida independiente.

Cuando alcanzó la mayoría de edad enfrentó cargos penales por dañar la puerta de un centro educativo donde había estado internado. Durante su adolescencia pasó largas temporadas en la calle, dormía en parques, mendigaba comida y le suplicaba que lo adoptaran a los desconocidos que pasaban.

"En más de una ocasión cometió pequeños robos para comprar comida. Él mismo dijo que cuando estaba en la cárcel sentía que recibía más atención que en la calle", indicó la consejera que siguió su caso.

En uno de los episodios más graves se subió al tren de aterrizaje de un avión en el aeropuerto de João Pessoa, en un intento por viajar clandestinamente a África, donde aseguraba que iba convertirse en domador de leones.

El vuelo se retrasó porque las autoridades tuvieron que sacarlo por la fuerza, mientras él repetía que "los felinos lo aceptarían, que allí encontraría un lugar donde no lo rechazarían y que los animales lo comprenderían mejor que cualquier persona".

Menos de un año después, ingresó a la jaula de la leona que lo atacó en el zoológico, donde se abrió una investigación para mejorar las condiciones de seguridad del parque.

La felina que estuvo involucrada en la muerte del joven tiene 18 años de edad y se llama Leona. La administración del parque informó que la felina permanece "estable y bajo observación constante".

Marília, la bióloga responsable de su atención, detalló que en las horas posteriores al incidente la leona mostró signos de recuperación. "Todavía tiene un poco de estrés, lo cual es natural, pero está bien: se alimentó, hizo todas las necesidades físicas y permanece tranquila en el recinto”, señaló.

El establecimiento continúa cerrado mientras se lleva adelante una evaluación integral de la seguridad, pero aseguraron que la prioridad inmediata está puesta en el bienestar del animal.

Leona nació en 2007 en el mismo parque donde vive y es considerada un ejemplar exótico. Después del ataque el equipo técnico activó un "protocolo de seguimiento físico y emocional", para determinar su estado.

Según explicaron desde el parque, la felina presentó un alto nivel de estrés, propio del episodio traumático. Por su parte, la administración del parque fue categórica sobre un punto que generó especulación pública: Leona no será sacrificada.

"Es importante reiterar que la eutanasia nunca fue considerada. La leona está sana, no presenta comportamiento agresivo fuera del contexto del incidente y seguirá recibiendo atención especializada", concluyeron.