Los hábitos y costumbres de los años 50 que hoy generarían escándalo
Cambio de época- Los años 50 se los recuerdan como una época dorada en la que las familias se preocupaban por mostrar una fachada de perfección pero tenían costumbres que ponían en riesgo su vida.
- Los empresarios e instituciones no hacían los estudios suficientes y desconocían el riesgo de sus productos...O no.
Los médicos promocionaban el consumo de tabaco. Foto: X @EstebanDL.
Muchos recuerdan los años 50 como la época dorada en Estados Unidos. Las familias tenían un estilo de vida súper conservador en un contexto repleto de innovaciones, como el surgimiento de la televisión y el auge de Hollywood.
Pero más allá del entretenimiento, la tele promovía actitudes y consumos que si se emitieran en la actualidad serian totalmente cancelados. Todo sumado a que se acostumbraba utilizar materiales y consumir sustancias que, con el tiempo, la ciencia demostró que eran malignas para la salud.
Sí, eran costumbres y prácticas avaladas por empresas, médicos, profesionales de diversa índole y hasta por el Estado. En ese momento no estaba bien visto reclamar o contradecir; pero la desigualdad, los riesgos para la salud, los abusos de poder y las negligencias estaban presentes.
En el mundo laboral de los años 50 había una discriminación explícita entre hombres y mujeres. Cada búsqueda publicada en los diarios indicaba si "se busca hombre" o "se busca mujer".
Para los puestos laborales de ingeniería, construcción o negocios, se buscaban hombres. Mientras que a las mujeres las buscaban para cubrir puestos de maestras, secretarias, enfermeras o empleadas domésticas.
Las mujeres calificadas para ocupar otros puestos laborales eran rechazadas simplemente por su género, sin consecuencia legal alguna porque la ley que permitía esta exclusión.
Las mujeres que estaban casadas sufrían marginación extra. Existía el prejuicio de que serían descuidadas con sus empleos sólo por el hecho de cuidar a sus familias.
En 1964 la situación cambió, entró en vigencia la Ley de Derechos civiles, que en el capítulo 7 prohibió la discriminación laboral por sexo, raza, religión, color u origen.
Las marcas Camel y Lucky Strike contrataron profesionales de la salud para promocionar su producto y dar a entender que algunas marcas eran menos perjudiciales para la salud que otras.
Esta alianza impensada en la actualidad, era un gran negocio para los involucrados, especialmente para el sector de la medicina. Las tabacaleras financiaban estudios, congresos y distribuían cigarrillos gratis a sus colaboradores.
Ellos transmitían cierta ilusión de seguridad y había nulas regulaciones hasta 1964, cuando se confirmó la relación directa entre fumar y el cáncer. Finalmente, en 1971 se prohibió la publicidad en radio y televisión de los cigarrillos.
El asbesto es conocido por su resistencia al calor y el fuego, dando la ilusión de que las casas estarían más seguras con la utilización de este material.
Así, los trabajadores lo manipulaban sin protección y se utilizaba en pisos, techos, aislamientos de cañería, repuestos de auto y electrodomésticos.
La industria del asbesto era muy poderosa y promocionaban los inmuebles con este material como "a prueba de fuego".
Sin embargo, décadas después comenzaron a aparecer enfermedades como la mesotelioma -cáncer en el tejido que cubre los órganos (mesotelio)- , asbestosis -enfermedad pulmonar crónica por la inhalación de asbesto- y el cáncer de pulmón vinculados
También se supo que los productores de asbesto conocían sus riesgos pero los mantenían ocultos para cuidar el negocio.
En la actualidad, en muchos países está prohibido el uso del material y para retirarlo de los inmuebles se requiere personal especializado, además de ser extremadamente costoso.
La lobotomía era considerada el "tratamiento del futuro". El doctor Walter Freeman recorría Estados Unidos con su "Lobotomóvil" realizando operaciones rápidas a pacientes psiquiátricos con depresión, esquizofrenia y ansiedad.
Esta técnica atravesaba la órbita ocular para intervenir en el cerebro, específicamente cortando la conexión del lóbulo frontal con otras áreas del cerebro.
Los pacientes intervenidos muchas veces no sabían con certeza en qué consistía el procedimiento, mientras que otros ni siquiera daban su consentimiento, sino que lo hacía su familia. Los resultados podían ser ausencia de emociones, cambios de personalidad y pérdida de autonomía.
En los años 70, con el desarrollo de los medicamentos psiquiátricos y mayor respeto a los derechos de los pacientes, el tratamiento fue abandonado. Si bien no fue prohibida, la lobotomía es una práctica que, en la actualidad, no se considera ética ni efectiva.
En los 50, se creía que la radiación era "milagrosa" en materia de salud y belleza. Se la estimaba tanto, que se llegó a legalizar algunos productos que contenían derivados como el radio o torio.
Existían cremas faciales, dentífricos que reforzaban las encías, bebidas energéticas y joyas. Thoradia, por ejemplo, era una marca destinada a mujeres adineradas que aseguraba que sus cremas eran rejuvenecedoras.
Existía joyería radioactiva, como anillos y collares, que transmitían "buenas vibras". También había spas que ofrecían baños radioactivos, considerado como algo lujoso.
El optimismo por la tecnología de la época y la falta de conocimiento sobre los efectos reales de la radiación, llevaron a los científicos a investigarlo a profundidad.
Cuando los trabajadores, como las Radium Girls que se dedicaban a pintar relojes con pintura radioactiva, comenzaron a enfermarse gravemente hasta la muerte, las investigaciones indicaron que era debido a la exposición a estos derivados y dejaron de producirse.
En Estados Unidos era común compartir viajes con desconocidos: era una práctica muy popular por la falta de transporte público.
Lejos de parecer peligroso, era considerado una acto de cortesía y solidaridad. Era frecuente entre soldados que regresaban de la guerra, jóvenes camino a la universidad o, simplemente, para ayudar a personas que no tenían movilidad propia.
Muchas familias de clase media levantaban viajeros con necesidad de ser trasladados porque consideraban que hacía que los viajes largos fueran más divertidos.
Con el paso del tiempo aumentaron los casos criminales y de violencia, lo que provocó miedo y desconfianza.
Actualmente, se sigue realizando en muy baja medida e, incluso, no está permitido en algunos países, hay autopistas donde está prohibido y campañas gubernamentales que recomiendan no hacerlo.
Si hoy en día escuchamos a alguien decir "lávate la boca con jabón" nos reiríamos y pensaríamos que es anticuado... Pero hubo un momento en el que esto realmente se hacía.
En los años 50, era legal y socialmente aceptado castigar a los niños frotando jabón en la lengua y dientes por decir "malas palabras" o mentir.
Los padres consideraban que era necesario para forjar el carácter y para que aprendan a comportarse. Sin embargo, esta práctica ponía en riesgo la salud de los niños, provocando vómitos, diarrea e irritación digestiva.
También provocó que muchos pequeños desarrollaran fobia por el jabón y la higiene. Entre los años 60 y 70 se hicieron investigaciones psicológicas que cuestionaron el castigo físico y promovieron métodos menos agresivos.