El peronismo tocó fondo: ¿seguirá cayendo?

Del editor
  • Registra un histórico retroceso en Diputados y el Senado.
  • Su líder Cristina Kirchner está presa, y su último presidente afronta dos juicios, uno por corrupción y otro por violencia de género.
  • Y su principal gobernador tiene que ceder para que le aprueben las leyes.

La crisis del PJ. Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Foto: Telam

Si hay un proceso del que no cabe duda en la política de hoy es el del ocaso del peronismo o kirchnerismo, según la lente con el que se lo analice. Hasta parecen espacios contrapuestos.

Hay dos elementos que reflejan ese coctail de crisis y declive en un PJ, cuyos órganos partidarios clave como el PJ nacional y el PJ bonaerense, están paralizados y en desuso.

Por un lado, su dirigente de mayor peso específico, porque gobierna el principal distrito, Axel Kicillof, está enfrascado en una feroz interna que lo obligó a negociar y entregar puestos en el directorio del Banco Provincia, fondos de miles de millones de pesos a intendentes, más otras cajas, para que le aprueben el Presupuesto y un endeudamiento de 3.500 millones de dólares.

En simultáneo, en el Congreso nacional, el peronismo quedó al filo de perder la primera minoría en la Cámara de Diputados, como consecuencia de que algunos de los pocos gobernadores peronistas que hay -siete, si se cuenta a Córdoba que siempre fue antikirchnerista-, el menor número desde el retorno de la democracia, decidieron acercarse a Javier Milei y retirar sus diputados de Fuerza Patria. Es el caso del tucumano Osvaldo Jaldo y del catamrqueño Raúl Jalil.

Algo similar ocurre en el Senado. Pasaron de 34 a 26 legisladores, el número más bajo en 25 años.

Acompaña el declive que su principal líder, Cristina Kirchner, está presa en su domicilio por la causa Vialidad y por estos días afronta otro juicio oral por corrupción por los Cuadernos de las Coimas. Y aún no comenzó el de Hotesur-Los Sauces. Mientras que el último presidente peronista, Alberto Fernández, enfrenta un proceso judicial por violencia de género y otro por el presunto negociado con los seguros de los organismos del Estado.

Expresidente y expresidenta en el banquillo de los acusados, con uno de los peores gobiernos a cuestas y con un descrédito en la sociedad que provocó en octubre una huida hacia Las Fuerzas del Cielo. “Hemos perdido la batalla cultural”, asume un peronista con muchas batallas en su haber.

Y para darle una cuota más de dramatismo, la histórica columna vertebral del PJ, la CGT, debe ser una de las instituciones políticas más rechazadas, bajo la deshonra sindical de ser testigos de un escenario en el que la mitad de los trabajadores activos está en negro, precarizados. Y en muchos casos, esos dirigentes tienen patrimonios difíciles de justificar.

Pese a todo hay quienes interpretan que más allá de la derrota inesperada en la provincia en octubre, sin contar Córdoba, el resultado fue de 40 a 35%, si se suma a todos los peronismos. Pero si se parte de esa base, el desafío es reunir a todos esos pedazos. ¿Detrás de qué liderazgo?

Uno de los referentes peronistas sostiene que en 2026 se deberá definir qué expresa el PJ hacia adelante. Aunque admite algo que nadie se anima a admitir: ya no hay un recuerdo del peronismo que a la sociedad le sirva como ancla para elegirlo como opción. Debe recrear una expectativa y una esperanza que ya no ostenta.