Ubican al jardinero en la casa del asesinato el día que no cortó el pasto: lo detuvieron con pasajes para irse a Tucumán

Crimen de la psiquiatra
  • La hipótesis que manejan los investigadores es que estuvo en la casa de Virginia María Franco y cometió el asesinato porque la mujer sospechaba que le robaba.
  • Lo descubrieron gracias a las cámaras de seguridad y al testimonio de vecinos que dijeron que ese día no cortó el pasto en la zona.
  • Es un colaborador del antiguo parquero de la víctima.

La Policía detuvo al sospechoso en Quilmes: llevaba un bolso y tenía pasajes con destino hacia Tucumán para este martes.

Un hombre de 38 años fue detenido este martes como principal sospechoso del crimen de Virginia María Franco (68), ocurrido hace diez días en City Bell, La Plata.

Se trata de un jardinero que -según la Justicia- estuvo en la casa de la reconocida psiquiatra el día del asesinato y al que encontraron en la casa de unos familiares en Quilmes, cuando pretendía escapar hacia Tucumán.

Según pudo saber Clarín, los investigadores llegaron hasta Gustavo Javier Echeveguren gracias a testigos que indicaron que el 13 de noviembre, el día que fue visualizado en cámaras de seguridad instaladas en las inmediaciones del domicilio de la víctima caminando con una escalera, una bicicleta y una mochila, ningún vecino había contratado sus servicios.

Además, se comprobó que este hombre había mantenido una llamada de corta duración con Franco y que la última conexión del teléfono de la víctima fue captada por una antena próxima al domicilio de Echeveguren.

Con todos estos datos, los investigadores descubrieron que el sospechoso se había ido de su casa en City Bell y que estaba en una vivienda de Bernal Oeste.

En ese contexto, personal de la DDI de La Plata llegó a la zona junto con Policía Científica y encontró a Echeveguren portando un bolso y con pasajes con destino hacia Tucumán, con fecha de salida para este martes a las 19. En sus muñecas y brazos presentaba lesiones cutáneas superficiales.

Luego de su detención, se dispuso un allanamiento de urgencia en su casa de City Bell, donde encontraron una construcción precaria de madera que recientemente había sufrido un proceso de desarme.

En su interior, hallaron una tijera de podar, un par de ojotas, una tenaza, una sierra de arco y dos pantalones similares a utilizados al momento del hechoo.

Según contó José Fernández, un hombre de 73 años que fue parquero de Franco durante varios años, Echeveguren era uno de los dos ayudantes que lo acompañaban en sus tareas.

Cuando se retiró, en mayo de este año, Fernández le dejó la cartera de clientes al ahora detenido y a su otro colaborador. Entre esas personas estaba la psiquiatra.

Sin embargo, según relató ante los investigadores, cuando estos dos hombres comenzaron a trabajar sin su presencia, algunos de sus antiguos clientes le reclamaron que habían sufrido robos en sus propiedades.

Esta situación guarda relación con el testimonio de amigas y familiares de la víctima, quienes sostuvieron que la mujer llevaba consigo habitualmente anillos de oro y una cadenita en su cuello, y que en su domicilio tenía una bicicleta similar a la que Echeveguren poseía cuando fue visto por las cámaras.

Además, notaron que su mochila, en ese momento, estaba más cargada que en la primera imagen, cuando vieron al sospechoso pasar en dirección hacia la casa de Franco.

Ante este panorama, la principal hipótesis de los investigadores es que Echeveguren mató a la psiquiatra porque descubrió que le robaba.

Franco, que vivía sola y no tenía hijos, fue encontrada muerta dentro de su propiedad ubicada sobre la calle Cantilo entre 15A y 17 el 16 de noviembre pasado. La mujer de 68 años estaba en ropa de cama, golpeada, muy ensangrentada y con un profundo corte en el cuello.

"Había entradas forzadas y la casa tenía un importante desorden. En principio, faltan cosas de valor, entre ellas su celular. Ella intentó defenderse", precisó ese día una fuente de la fiscalía que encabeza Alvaro Garganta, de la UFI N° 11.

La autopsia arrojó que Franco presentó varias heridas cortantes en el cuerpo compatibles con lesiones de defensa y confirmaron que producto de esos cortes "perdió mucha sangre" y murió “por un shock hipovolémico".

Franco era una profesional muy reconocida entre los vecinos de City Bell, que la describieron como “una mujer reservada, de trato amable y muy respetada en su ámbito laboral”. Atendía en su consultorio de calle 55 entre 10 y 11.

Inicialmente, la Justicia había demorado a Pablo Adrián Bozza, de 47 años, un amigo de la víctima que fue quien llamó a la Policía para informar que la mujer no respondía a sus llamados.

Bozza ingresó a la vivienda en compañía de integrantes de la fuerza. Allí, a través de una ventana, vieron el cuerpo de Franco tirado en el piso. Luego de pasar demorado algunas horas, fue liberado.

ES - EMJ