Crecen las opciones de inyecciones para adelgazar en Argentina: llega una más barata y otra más potente

Ahora con aval de la OMS
  • La OMS aseguró que estos fármacos contra la obesidad "pueden ayudar a millones".
  • Acaba de salir uno que es 67% más barato que el original Wegovy y otro viene de EE.UU.
  • Los expertos advierten que todos estos tratamientos requieren supervisión médica.

La pérdida de peso no depende sólo de la medicación, y el seguimiento médico resulta clave. Foto: Shutterstock

El fenómeno de las inyecciones para adelgazar gana terreno en Argentina a partir de nuevas opciones que empezaron a llegar desde hace poco más de un mes y que completarán la oferta la semana próxima. La creciente diversidad ocurre cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de hacer una declaración pública para avalar el uso de estos fármacos frente al aumento continuo de la obesidad.

“Si bien los medicamentos por sí solos no resolverán esta crisis sanitaria mundial, las terapias con GLP-1 (N. de la R.: imita la acción de la hormona natural del mismo nombre) pueden ayudar a millones de personas a superar la obesidad y reducir sus efectos adversos”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Más de mil millones de personas en el mundo viven con obesidad, una condición que se vinculó con 3,7 millones de muertes en 2024. Es un factor de riesgo importante en enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. También puede empeorar el pronóstico de enfermedades infecciosas.

A la esperada llegada en octubre pasado del Wegovy (conocido popularmente como “Ozempic recargado”) , en los últimos días se lanzó una copia nacional más económica, bautizada Obetide, mientras se espera que en breve se sume el importado Mounjaro, una opción con la misma forma de administración pero basada en otra droga hasta ahora no disponible en el país.

Tanto el Wegovy como el Obetide utilizan como principio activo la semaglutida. Ambos medicamentos son presentaciones que escalan en la dosis con respecto a sus “hermanas menores”, que son las que se utilizan estrictamente contra la diabetes: Ozempic y Dutide. Lo de “estrictamente” es formal, ya que en la práctica una gran proporción de estas drogas venían utilizándose fuera de prospecto contra la obesidad.

La novedad del Obetide, del laboratorio argentino Elea, es que en su dosis más alta (2,4 miligramos) tiene un precio de lista -según el sitio Kairos- 67 por ciento más barato para sus cuatro inyecciones mensuales (una por semana) que el registrado por su par danés Novo Nordisk: 234.935,50 pesos contra 717.827,21 pesos. Luego, cada laboratorio tiene promociones particulares y descuentos por obra social o prepaga.

Clarín consultó a Novo Nordisk si a partir de la salida de la opción nacional prevé bajar el precio de su producto, tal como hizo en junio pasado con el Ozempic, meses después de que saliera la copia argentina. En un comunicado, el laboratorio respondió ahora que “los precios de semaglutida 2,4 mg responden al ajuste realizado recientemente y reflejan el valor de la innovación original de Novo Nordisk, respaldada por una sólida evidencia científica”.

Para diferenciarse de su nuevo competidor nacional, el laboratorio danés agregó que “el precio de semaglutida 2,4 mg refleja la significativa inversión en investigación clínica, lo que destaca el compromiso de Novo Nordisk con la innovación y desarrollo de medicamentos biológicos originales”.

Desde Elea, en tanto, aseguran que en función de lo que sucedió con la competencia entre Ozempic y Dutide, la disponibilidad de la opción nacional amplía el acceso del público al medicamento más que quitarle mercado a la versión original. Según cifras aportadas por el laboratorio, “antes de la salida del Dutide se trataban 35 mil pacientes por mes con GLP-1 en el país, la mayoría entre Ozempic y Saxenda (N. de la R.: en este último es liraglutida, también de Novo). Ahora se tratan 130 mil pacientes. Además, el Dutide ingresó al PAMI con un descuento del 100 por ciento para casos de diabetes con sobrepeso y enfermedad cardiovascular establecida”.

En ese contexto aterrizará, procedente de Estados Unidos, la tirzepatida, droga cuya novedad es que actúa sobre dos receptores hormonales (el GLP-1 y el GIP) en lugar de apuntarle a uno solo, lo que hace que su efecto sea más potente a los fines de la reducción de peso. Como adelantó la nutricionista Mónica Katz en Clarín el vienes pasado, “genera un efecto sinérgico: mientras GLP-1 disminuye el apetito, mejora la saciedad favoreciendo un vaciamiento gástrico más lento, el GIP actúa directamente sobre el tejido adiposo y genera pérdida de peso predominantemente a expensas de masa grasa”.

Paola Harwicz, cardióloga especialista en obesidad, explicó a Clarín que “en este caso el descenso de peso ha estado en el orden del 24 por ciento, mientras que con semaglutida puede llegar al 17 por ciento”. Sin embargo, al menos por ahora hay un punto a favor de la semaglutida vinculado al beneficio cardíaco: este fármaco ha demostrado bajar un 21 por ciento los eventos cardíacos y las muertes asociadas a los mismos, mientras que en el caso de la tirzepatida este aspecto todavía se encuentra bajo estudio.

Esa pulseada se libra entre Novo Nordisk y Lilly, laboratorios que en el reciente Congreso Europeo de Cardiología, realizado en Madrid, se sacaron chispas cuando presentaron estudios sobre los beneficios de la semaglutida versus la tirzepatida. Por ahora Adium (que trae el Mounjaro al país por un acuerdo con el laboratorio estadounidense) no confirmó cuál será el precio de lista de su producto en farmacias, pero según pudo saber Clarin el costo de la dosis más alta se ubicaría por encima del precio del Wegovy.

Harwicz agregó que “con cualquiera de estas drogas es muy importante que los tratamientos se realicen con supervisión médica y en un contexto de cambio de hábitos vinculados a la dieta y el ejercicio físico. En general cuando se deja de tomar estos medicamentos las personas vuelven a ganar peso, porque se trata de una enfermedad crónica. Pero hay casos en los que se busca empezar a bajar la dosis de manera controlada para ir observando la evolución”.

PS